Hice con unos amigos una ouija el otro día, estuvo interesante, le hicimos preguntas varias, a las cuales el espíritu presente en la sala respondió con presteza y certidumbre. Desde cosas sencillas como el segundo apellido de una amiga hasta cosas escalofriantes como quién de los tres que conformábamos el círculo se iría al infierno. Y por más de que siempre parecía tener sentido lo que sea que respondiera, me quedó aun la sensación de desengaño. Quizás porque en algunas ocasiones era yo él que movía la ficha o quizás porque luego confesó un pana haberlo hecho. Puedo decir entonces honestamente que la ouija, es un juego para niños.
1 comentario:
ha mi parece que no es un juego de niños ya que no estas seguro de con quienes hablas y la verdad
si bien las personas se hacenla burla es por estupidas y porque son unas persodonas con poca personalidad, no es por defender a la ouija pero me parece que esta cosa tiene algo especial
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